domingo, 8 de septiembre de 2013

Exceso De Liquidez Y Colapso Del Sistema

Si se echa un vistazo a la realidad del mundo financiero desde los años 50 ó 60, se ve que ha crecido con mucha más fuerza que la economía real. El PIB mundial está en torno a 60 Billones de dólares (60.000.000.000.000) anuales, y los mercados financieros mueven esa cantidad en una semana o menos.

Esto me hace pensar en la sostenibilidad de un sistema en que la gran parte es en cierta manera ficticia (financiera) puesto que no produce nada. Ello es debido, por un lado, a la ingente cantidad de liquidez creada; y por otro, a los instrumentos que han surgido (entre otros los distintos derivados y productos estructurados) para canalizar dicha liquidez.

Muy probablemente esto acabará. Y puede suceder de dos formas: que se produzca una inflación muy grande a nivel mundial; o que colapse el sistema. Desde luego es difícil saber cómo acabará la historia. Pero a su vez es también difícil imaginar que los mercados de derivados estarán aquí dentro de cinco mil años.

Desde 1999 hemos tenido unos tipos de interés artificialmente bajos que han creado excesos en el crecimiento, han surgido nuevos instrumentos financieros y se ha distorsionado el mecanismo de fijación de precios.

La Reserva Federal tiene el tipo de interés fijo en el 0% desde que empezó la expansión de la base monetaria (los QE1, 2 y 3). La "recuperación" de la economía americana comenzó en junio de 2009, y después de cuatro años los tipos no se han modificado. A su vez, también tenemos al S&P que tocó suelo en marzo de 2009 y desde entonces ha subido más de un 140%.

Imagina que tuvieras cien millones. Si los tuvieras en el banco, al tipo de interés actual, la rentabilidad de ese dinero sería inferior incluso a los costes bancarios de tenerlo y, sumado a la pérdida de poder adquisitivo por la subida del coste de la vida, te obliga a hacer algo con él.
Y esto aplica a los fondos de pensiones, a la industria aseguradora y todo tipo de empresas.

Por ello, la gente fue y compró bonos "high yield", entró en las bolsas de mercados emergentes, compraron oro, compraron commodities, inmuebles, etc. Pero al no comprarse ni al mismo tiempo, ni en la misma proporción, la impresión de dinero va generando burbujas en determinados sectores de la economía:  generó la burbuja de las .com en el Nasdaq, colapsó; después generó la burbuja inmobiliaria, y colapsó; después la de commodities en 2008, y también colapsó. Y ahora mismo se está gestando otra burbuja en el mercado de bonos.

Cuando EE.UU imprime dinero, no solo afecta a su país, sino que, como tienen la moneda de reserva mundial (el dólar) afecta al mundo entero y va generando burbujas aquí y allá. Como es sabido (salvo por los políticos, que parece que no han estudiado mucha historia) la impresión no genera riqueza; genera inflación.

En EE.UU hay mucha más inflación de la que dice el gobierno que hay. No solo porque excluyen del IPC el precio de la alimentación y de la gasolina (que por supuesto son bienes superfluos), sino que está formado por una cesta de cien bienes y servicios distintos, y van designando sus ponderaciones dependiendo de qué bienes suben más y cuales se quedan más rezagados. Hay expertos que afirman que la inflación real se sitúa más bien en el 5 o 6% en ese país. Y la gente de la calle esa realidad sí la está notando.

El problema de estas burbujas es que la población deja de tener acceso a los bienes: a vivienda, a tierras de cultivo (en países como Tailandia o la India), acceso a sanidad, etc. y eso genera tensión social.

Por tanto, no sería totalmente correcto decir que Ben Bernanke haya, por tanto, creado las revueltas en Libia, en Túnez, en Egipto o en Turquía; pero cuando la riqueza crece de manera muy desigual -e imprimir dinero no ha ayudado realmente a mejorar la economía real, sino más bien a inflar los precios- ello genera crispación social.

Cuando se gana un millón de dólares anuales, el gasto en alimentación puede suponer un 1 ó un 2% . Pero si vives con 1.000 dólares anuales (como en estos países mencionados), y gastas en comida un 50 ó 60% de tus ingresos, una subida del precio de los alimentos te deja sin poder comer. Y eso, sí que es grave.

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